Anabel Malváez; el espacio y el tiempo

¿El espacio y el tiempo existen a la par? ¿Dependen entre sí? ¿Se relacionan con el movimiento y la materia? Estas son solo algunas preguntas que plantea Anabel Malváez con su trabajo. Al observar detenidamente sus obras nos cuestionamos si el tiempo pictórico es lineal, fragmentado, cíclico o si se tratan de recuerdos y evocaciones esporádicos.
La artista inserta situaciones sentimentales en sus cuadros, sin embargo, éstas consisten en emociones primarias que apenas se forman para propiciar otras más complejas y fuertes. Por ejemplo en, “Alargando el tiempo", “Entre ruidos y silencios" y “Minutos suspendidos" es posible ver y sentir diferentes planos espacio – temporales que aluden a estados anímicos previos a la explosión de sentires.
Las atmósferas son una característica más de las pinturas de Anabel. Las tierras y los grises le permiten expresar ausencia de sonidos, realidades a destiempo y ritmos con pausas de colores. La cadencia de la pintora es central rodeada de registros e historias de la composición. Ella describe que siempre hay algo detrás de las capas superiores de pigmento y de este modo sus facturas interiores dan lugar a múltiples interpretaciones.
El color es forma y fondo al igual que la memoria que conserva a los seres. Para Anabel a veces la textura estorba por lo que prefiere retratar el alma a partir de la nada, es decir, acerca y aleja a las figuras entre las diversas perspectivas que va creando. Los matices, acabados quemados y saturaciones le ayudan a hacer tiempos y espacios cubiertos o descubiertos.
Las vibraciones de los tonos cromáticos palpitan y respiran por toda la tela. Los contrastes de Anabel armonizan en sus dimensiones pasadas, presentes y futuras. Sus temáticas colocan a los entes atrás y adelante del tiempo y del espacio. A un lado y el otro del movimiento y la materia para al final demostrarnos la intimidad del momento.
Las creaciones de Anabel no tienen durabilidad específica porque intercalan las categorías espacio temporales que posicionan al ser antes y después del movimiento, de la materia y de lo que es. Su colorido e iluminado son terciarios y complementarios por lo mismo. Contemplar sus cuadros es como un viaje de remembranzas y reminiscencias del inconsciente. Lo más profundo va y viene con lo etéreo.
Hay puntos de sus obras que parecen tener distancias infinitas entre sí, no obstante se trata de instantes superpuestos que juegan con la imaginación del espacio, del tiempo y del movimiento.
Adriana Cantoral

Fragor Turquesa

Desahogo

Historias

Alargando el tiempo

Descosiendo mis ideas

Recuerdo en gris