Andrea Magaña
Published by Adriana Cantoral,
Andrea Magaña (1977), mejor conocida como "Cala" en el ámbito pictórico, es una artista plástica que desde pequeña manifestó interés por la pintura. A partir de los 9 años comenzó a experimentar con el óleo y desde entonces su curiosidad innata la ha llevado a probar distintas técnicas, tales como pintura sobre porcelana, acuarela, acrílico, etcétera, pero siempre ha regresado una y otra vez al óleo, a su consistencia un tanto espesa, cremosa, maleable y brillosa. Ella define su estilo como figurativo y en algunas ocasiones con elementos surrealistas, impresionistas y expresionistas. Actualmente ha empezado a hacer arte objeto y a adentrarse en la gráfica.
Su formación como licenciada en Ciencias de la Familia le ha facilitado conocer de cerca diversos enfoques terapéuticos que ayudan a reconectar al ser humano con su esencia más profunda y así, desarrollarse como mejores personas. Uno de ellos, el coaching ontológico, del cual es especialista. Todo ello se ve reflejado, de alguna manera, en su obra, puesto que muchos de sus temas tratan sobre espacios delimitados en forma de mosaicos, juegos de perspectivas y manifestaciones del espíritu, que en su conjunto conforman la existencia humana. En ese sentido, sus creaciones nos abren las posibilidades de comprender el significado de la vida de la consciencia.
Entre sus maestros destacan: Gabriela Rojo, Iván Vázquez, Margarita Chacón, Laura Méndez, Gustavo Rico, Karina del Toro, Antonio Sobarzo, Gabriel Macotela y Antonio Mañón. Cuenta con más de 20 exposiciones colectivas, llevadas a cabo en Alemania, Ciudad de México, Querétaro, Metepec, Toluca y Lerma, a lo largo de su carrera. Asimismo, ha concursado en diferentes convocatorias de arte en Londres y Venecia. Ciertamente, su trayectoria como pintora está abriéndose camino más allá de México, al igual que la búsqueda constante de aprendizaje con destacados pintores. Para Cala lo más importante es estar al día en el aspecto creativo, ya que ello repercute en la plenitud del ser.
En definitiva, su trabajo está plagado de sensibilidad, ya sea en el rostro de una mujer común o una famosa, en sus miradas y accesorios…en los detalles de la naturaleza, en los pensamientos de sus personajes, en lo sagrado de los recuerdos, en diversas culturas milenarias y en lo estático del ambiente. No hay movimiento porque sus cuadros y objetos intervenidos nos invitan a repensar el momento presente y no distraernos en el pasado o en el futuro. Por lo tanto, la autora pretende que integremos el mensaje visual y el contenido de las imágenes con aquello que subyace en nuestro interior.
Adriana Cantoral




