El realismo simbolista de Lillie Minor
Published by Adriana Cantoral,
En la obra de Lillie podemos apreciar componentes significativos tanto intencionales como no planeados. Su objetivismo no niega sus expresiones e impresiones subjetivas en el caso de los retratos femeninos y masculinos. Si bien, su trabajo suele ser muy limpio y transparente, aún más que si pintara desnudos, pues los gestos y las improntas los presenta con gran calidad estética.
La artista dedica mucho tiempo a cada una de sus creaciones para deleitar la mirada de quien observa, incluso la de ella misma. Su realismo pictórico presupone que la Naturaleza es la fuente de los valores estéticos, es decir, no necesariamente los busca en un paisaje o en los animales, sino también en los rostros de las personas o en escenarios como volcanes mezclados con símbolos u objetos como la música, las peras o la Luna. Se podría afirmar que Lillie concibe al Arte como una mímesis de la belleza pura.
Asimismo, posee un afán de trascendencia a la hora de imitar modelos naturales, ya que los renueva y reafirma en la temporalidad con suma claridad colorística. Su paleta es muy estudiada y extendida dentro de lo visible. La pintora integra la realidad que se le presenta con significados particulares logrando así composiciones muy genuinas, en otras palabras, plasma diversas cualidades imaginarias con ardua paciencia sobre la tela. Ella se define como una homo esteticus que procura incansablemente la proporción y la armonía pictóricas. Su pincel es elegante y suave para pintar todo un sistema estético que equilibra al Arte y a la Belleza. Cabe destacar que la creadora experimenta emociones que despiertan imágenes sensibles y logran proyectar hacia afuera aspectos invisibles de la realidad. Como si un halo de misterio rodeara al cuadro.
La mímesis plástica de Lillie es un proceso activo y arduo de construcción que se opone al simple acto de copiar. Imitar, por lo tanto, no es duplicar la realidad, en todo caso es recomponerla e reintegrarla en un tipo de invención ficticia. Ella replica la realidad para enaltecerla, su proceso de imitación consta de una teoría de la verdad que se transforma en analogía visual y en metáfora representada en el esplendor de los colores, tonos y matices. En el lienzo se confrontan la reproducción y la refiguración en un realismo especial. La pintura de Lillie descubre nuevas dimensiones de la experiencia en lo figurativo simbolista.
Adriana Cantoral

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