María Emilia Benavides. Reinterpretando el expresionismo

El tratamiento de la línea recta, en la obra de María Emilia Benavides, es nulo o casi imperceptible, puesto que la mayoría de sus composiciones presentan patrones orgánicos. Inclusive, pareciera que sus pinceles tienen las puntas redondeadas y a la hora de tocar la tela transmiten su naturaleza curva. Por eso, sus cuadros fluctúan entre un expresionismo europeo, sin arrebatos violentos o sangrientos, más bien contundentes, a uno que busca la abstracción, pero que aún no se libera de ciertas formas. Por ejemplo, la integración consciente de la figura y el fondo que se pertenecen y se corresponden hasta perderse en la mezcla de colores. De hecho, los contornos de sus pinturas son insinuados, como si tuvieran un carácter erótico que limita las siluetas de manera sugestiva.
Podríamos decir que del expresionismo del Viejo Mundo retoma la buena factura o, de algún modo, la ejecución técnica. Según Blanca Muñoz (2011) de la Universidad Carlos III de Madrid; el expresionismo por medio de la deformación manifiesta los estados anímicos del artista …(y así) lo exterior es considerado como una objetividad interiorizada. Por ello, nuestra pintora representa una realidad distorsionada, casi inconsciente que, sin embargo, nos parece razonable y lógica. Tal es el caso de sus vírgenes envueltas y rodeadas de ondulaciones pintadas en tonos ardientes y gélidos, y que juntos producen una combinación poco convencional, pero estética al fin y al cabo.
Por otro lado, la autora plasma lo real a modo de una experiencia interior, ya sea espiritual o mística. De tal suerte, juega con las posturas de los cuerpos desnudos entrelazados o con el dinamismo de los elementos de la naturaleza. Sus pinceladas describen la anomalía de los seres, ya sean vivos o inertes, trátese de un jarrón o un dorso descubierto, finalmente da igual porque sus temas aluden a lo sagrado, a lo natural y a lo corporal bajo la misma óptica. Su propuesta plástica, por ende, se aparta de los estatutos teóricos que cimentaron un expresionismo colmado de angustia, ansiedad, depresión, desesperanza y agresividad para dar pie a uno que reinterpreta, desde la posmodernidad, lo matérico y estilístico de dicha corriente artística.
En definitiva, el trabajo de María Emilia está poblado de sensualidad, armonía, lirismo y poesía, a la vez que, caos, desorden, saturación, incertidumbre y nostalgia. Llaman la atención sus constantes trazos circulares y sinuosos, tanto en lo vegetal y lo natural como en lo humano. En sus piezas nos muestra las actitudes de la carne, de las hojas, de los pétalos, de las olas, etcétera. Ella es una mujer sensible, inventora de imágenes que metaforiza su memoria lienzo tras lienzo, color tras color, asimismo, recurre a una paleta relativamente estridente en busca de rasgos o atisbos abstractos. El resultado, son obras que rebozan en belleza, fuerza colorística, impacto cromático y agitación gestual.
http://www.maemiliabenavides.com/
Adriana Cantoral