Fernanda Rivera

Las obras de Fernanda Rivera son cartas geográficas abiertas que nos muestran la impronta humana sobre el suelo. Ciertamente, la artista recalca problemáticas sociales como el crecimiento desordenado y exponencial de las manchas urbanas, los límites borrados entre la ciudad y el campo, así como el impacto y deterioro ambiental. Hace una suerte de fisonomía pictórica de las metrópolis, zonas rurales y sus coordenadas, ya sean contemporáneas o antiguas, tales como la ciudad de México, sus alrededores, el volcán Popocatépetl y Teotihuacán, principalmente. Al parecer todos los mapas; pasados, presentes y futuros confluyen en sus soportes de papel, tela, metal o madera sobreponiéndose los unos con los otros.
Sus piezas describen conjuntos arquitectónicos tomados desde las alturas; abstractos, con territorios modificados, terrenos alterados, marcas de sobrepoblación, vestigios de trazas y construcciones prehispánicas, edificios virreinales, rutas de difícil acceso, vialidades caóticas, zonas sin asignación de nombre, asentamientos irregulares, al igual que lugares y caminos abandonados. Se tratan de aeropaisajes de la posmodernidad, con una estética urbana hecha de calles, bulevares, carreteras, vías, ruinas, vegetación y áreas naturales. Sin duda, la autora es una cartógrafa del paisaje citadino, una intérprete gráfica del inevitable devenir de la megalópolis… con sus accidentes geográficos, texturas, relieves y espacios humanizados.
Adriana Cantoral
www.fernandariveratorres.com