Gama Neaves

Para Gama Neaves el poder femenino reside en la libertad. De ahí se desprende el majestuoso alaje de sus obras, remarcado, a veces colorido, otras neutro, pero siempre abierto hacia la liberación. Su propuesta artística emprende el vuelo libre del ser, en específico de la mujer. Y de ese modo, sus féminas aladas extienden su esencia más allá de su cuerpo físico, sobrepasando sus límites humanos con la ayuda de ese sutil y delicado plumaje. En ocasiones éste se asemeja a un cúmulo de frágiles hojas o suaves pétalos, sin embargo su fuerza estriba en la seguridad e independencia que le brindan a aquellas que se deciden desatar sus ataduras aleteando sin miedo.
Inclusive, las alas no solo surgen de la espalda, sino de todo el cuerpo, es decir, metafóricamente salen del corazón, del espíritu y de la mente. Como si de extensiones del alma se tratasen que se materializan en finas plumas. Éstas revolotean con energía para liberarse de viejas creencias y así permitirle a la mujer la capacidad de elegir, de estar y de manifestarse independientemente de su edad, condición social, rol familiar y/o preferencia sexual. De tal manera, en algunos de sus cuadros la pintora aborda temas de libre albedrío en cuestiones de amor y de pareja.
Por otro lado, el ser femenino, en las piezas de la artista, implica de sobra más que la simple contraposición con lo masculino, ya que estamos frente a dos géneros y modos de ser en el mundo que a final de cuentas son iguales en relación a su esencia. Por eso y más, en las telas de Gama Neaves se recrean innumerables posibilidades de lo propiamente femenino que acaban con esa falsa competencia entre hombres y mujeres, basada a su vez, en machismos y feminismos exacerbados. Por lo tanto, sus lienzos nos llevan a cuestionarnos sobre qué es la mujer y qué es lo femenino entendidos como conceptos descontextualizados de lo masculino y del hombre. A pesar de que no exista una respuesta total, la autora intenta responder a esas interrogantes desde sus composiciones.
En cuanto a sus procesos pictóricos saltan a la vista las complejas series de texturas que recorren de principio a fin la colección "Ella". Si bien, para la creadora el sentido del tacto es primordial, puesto que es el encargado de recibir y gestionar los estímulos del exterior. Por eso recalca la sensación táctil en sus figuras y formas, logrando así una estética sensitiva y sensual, tal cual su condición de fémina. En definitiva, Gama Neaves nos muestra a detalle las profundidades corpóreas y espirituales de la feminidad. La singularidad de la mujer la configura como un ente expandible en emociones, sentimientos y pensamientos. No hay comparación entre ella y el orden masculino, ya que son dos realidades distintas.
http://www.gamaneaves.com
Adriana Cantoral