Gerardo Noriega
Published by Adriana Cantoral,
Gerardo Noriega es un pescador. No del modo
convencional, puesto que nada más necesita de su sensibilidad y su pasión por
lo que encuentra en el mar. El escultor, en su pesca, recorre las playas vírgenes
de Nayarit y Jalisco, principalmente, en busca de pedazos de maderas. El
artista va hallando a su paso troncos de distintas especies que han arribado
hasta las costas o muy cerca de ellas. Las ramas viajan lentas travesías para
llegar ahí. Éstas han formado parte de frondosos árboles, han sido hogar de
seres vivos, han estado en paisajes boscosos, campiranos, selváticos o
desérticos, así como en manantiales, manglares y ríos lejanos que desembocan en
aguas marítimas. Por lo tanto, se han limpiado y purificado en todo tipo de
cauces y caudales. Han andado pacientemente en los fluidos de la madre tierra
para renacer en el mar.
Gerardo, con sus manos y mirada, reconstruye
nuevas vidas. Recolecta y selecciona ramas para formar corazones, centros vivos
que para él simbolizan la salvación y concientización universales. Sus piezas
poseen una estética sumamente estudiada y cuidada, del mismo modo, pretenden sanar
y curar a quien las observa con detenimiento. El hecho de recabar cientos de
fragmentos naturales que culminan en una sola obra nos habla de los centenares
de historias que guardan cada uno de sus componentes. El objetivo de sus
esculturas es el de comprender a profundidad que el mundo puede resurgir naturalmente de entre sus entrañas
marinas y que con creatividad suficiente puede volver a la vida. El autor trabaja
las venas del océano que continúan latiendo y palpitando con el ritmo de las
olas y que salen a flote para ser reintegradas.
Adriana Cantoral


