Guille Costa
Published by Adriana Cantoral,
El Pop Art, como movimiento artístico, surgió en los años
sesenta en E.U.A e Inglaterra principalmente. Se definió como una manifestación
cultural que reflejaba un fuerte estado de ánimo en contraposición con las
vanguardias de la primera mitad del siglo XX. El Pop Art hablaba de los cambios
de la vida sociales, la multitud de información en los medios de comunicación,
las estrellas de la música y del cine, así como el consumismo propios de la
época. De algún modo, vinculaba al público común y al arte. Esta corriente
artística se nutrió del cubismo, dadaísmo y surrealismo. En el caso de Guille
Costa, retoma ese bagaje cultural contextualizándolo en el siglo XXI.
La artista está influenciada por una parte figurativa del
Pop Art y por otra abstracta del expresionismo norteamericano. Combina aspectos
de ambos estilos expresivos, dándole como resultado una versatilidad desde el
inicio de su carrera. Cabe destacar que los factores que desencadenaron esas
escuelas son un tanto particulares, puesto que obedecen a etapas urbanas e
industriales. Los temas de la pintora aluden más bien a la naturaleza y a las
personas, sin dejar de lado a íconos musicales y personalidades de la historia
del arte. Sus retratos están cargados de colorido y saturación para darles a
los personajes un efecto contrastante con la realidad.
Existe también en su trabajo, un influjo del collage y de
la gráfica de la segunda mitad del siglo pasado. Asimismo, del cartel, del
póster, del cómic y de las estampas publicitarios en los que la imagen se
representaba un tanto distorsionada, burda, pero sin perder su referencia con
lo real. Guille Costa se inspira en la paleta de Paolozzi y Donaldson, así como
en la estética de Caulfield. En sus obras hay una evocación a la cultura de
masas dada su simplicidad de elementos y la sencillez de sus composiciones. Sin
embargo, la autora no pretende conciliar los intereses y gustos del pueblo con
la alta cultura tradicional, sino que mezcla patrones compositivos del pop con
el arte posmoderno.
La variedad e intensidad de colores de las piezas de
Guille Costa llaman la atención. La ironía y crítica social que alguna vez
postuló el Arte Pop no tienen lugar en sus cuadros. Todo lo contrario, sus
escenas van más allá de lo superficial para adentrarse en la sensibilidad del
espectador. Es interesante que ella transite entre lo Pop y lo expresivo
abstracto, en un carácter de conciliación, puesto que hace casi sesenta años estos movimientos artísticos
coexistían, pero se excluían mutuamente. El primero era accesible para
cualquiera, mientras que el segundo requería de un mayor esfuerzo especulativo
para descifrar su significado.
Adriana Cantoral




