Hilda Carvel

En las abstracciones de Hilda Carvel se aprecia el pausado trasiego del pincel que convierte a las manchas en trazos. De tal manera, el movimiento de sus brochas nos muestra energías coloridas en distintos sentidos, tonalidades y formas. En sus telas observamos composiciones suaves que mezclan ocres, azules, blancos, rojos y negros. Asimismo, el comportamiento de la pintura sobre el lienzo queda marcado por diferentes relieves y texturas. Por ello, las gestualidades se producen de modo natural, a la vez que el espontáneo dinamismo del color. Ciertamente entre sus temas destacan los estados meditativos, el transcurso del tiempo, la intuición de la vida, la musicalidad de la realidad y el libre flujo de las emociones.

Sin duda, un desfile de números, manecillas de reloj torcidas, decursos alterados, figuras geométricas, la forma de soltar el acrílico, el uso de otros elementos, así como la integración de todo en el cuadro hacen de su arte una propuesta espiritual que emprende el vuelo en la imaginación del observador conduciéndolo por armónicas atmósferas de colores. En cada pieza pinta el alma de ritmo orgánico, consistencia de materia y libertad creativa, por lo tanto, la artista abre la consciencia a nuevas interpretaciones de la naturaleza; desde un tranquilo atardecer, un cielo nocturno, vibrantes corrientes de agua, la dura piel de un árbol, seres místicos, hasta los pensamientos y sentimientos más etéreos.

Adriana Cantoral