Hugo Aguilar
Published by Adriana Cantoral,
"Cada vez pinto menos
y construyo más."
Hugo Aguilar
La obra de Hugo Aguilar se nos presenta sincera. El autor sostiene que la sociedad contemporánea está repleta de espejismos, de superficialidades y de banalidades meramente accesorias o de relleno. Él presiente que para ver mejor el mundo debemos de cerrar los ojos y alcanzar a observar lo verdadero. En ese tenor, el artista defiende la idea de que no estamos para comprender la vida, sino más bien para sentirla. Para el pintor es muy importante no seguir la idiosincrasia de las muchedumbres, ni las apariencias cotidianas, y por ello, retorna a su ser primitivo. Su propuesta artística se desprende, entonces, de la carencia de ideologías y prejuicios sobre la realidad. Le interesa sobremanera hacer arte a partir de conceptos neutrales, los cuales no dependen de nada, ni tienen cabida para hipocresías o fingimientos.
Asimismo, Hugo se define como un creador, o mejor dicho, un buscador incansable de aquella verdad que subyace a lo que creemos real. Es una suerte de filósofo pragmático, en toda la extensión de la palabra, debido a que sus procesos son prácticos y complejos a la vez. Sus rostros son una especie de ensayos que mezclan pintura con escultura y, por ende, nos invitan a replantear y reestructurar nuestro pensamiento y dejarnos llevar mucho más por el sentimiento que por el razonamiento. Esas caras con diversos elementos, pero con una expresión sencilla, nos persuaden para que volteemos la mirada hacia el interior. Y de ese modo introspectivo, encontremos los significados del existir haciendo de lado el ruido de los rigores intelectuales.
Respecto de lo anterior, Hugo no cree en la supremacía de la razón, porque ésta se basa en reglas y justamente él pretende romperlas y destruirlas por medio de una revolución, una metamorfosis plástica que, a su vez, lo ha conducido a una genuina identidad en el ámbito del arte. En sus piezas podemos ver retratados gestos humanos naturales que se manifiestan con total libertad, ya que no están supeditados a nadie y son de la manera más pura. Esa simplicidad que nos transmiten está coordinada con una generosa paleta, puesto que el pintor no titubea en añadir más tonalidades que van abriendo mayores campos cromáticos. Eso da como resultado composiciones y resoluciones originales, así como ricas en coloridos y en materia. Inclusive, utiliza distintos componentes, tales como telas, marcos, hilos, plásticos, papeles, cosas recicladas, madera, metales, etcétera.
No cabe duda que sus obras son maquetas, pues antes de pintar la superficie pictórica, la talla, la explora, la recorre, la segmenta, la inspecciona, como si se tratara de un terreno desconocido para un apasionado indagador y aventurero. Y así, una vez que conoce el lugar que va a trabajar se enfoca en sentirlo. De tal forma, accede al inconsciente apenas perceptible en las primeras pinceladas, no obstante fortalecido en las últimas. En definitiva, sus creaciones son representaciones de transformaciones profundas y honestas. Son también collages con abundantes texturas inteligentemente distribuidas en la tela. En esencia son ojos, narices y bocas manufacturados a partir de objetos diferentes entre sí, pero contextualizados y dispuestos a su libre albedrío con el ingenioso talento imaginario de Hugo.
Adriana Cantoral




