José Luis Ramos

No es casualidad que el título inicial de Pedro Páramo fuese Los murmullos. Hay, en la obra de José Luis Ramos, una atmósfera de suspiros, de silencios, de vacíos, de voces, de miradas duras, de eternidad, de reflejos de la tarde, de sacralidad y de lejanías. El joven pintor retrata y crea diversos protagonistas que habitan tanto en su imaginación como en su realidad. Las arrugas, las expresiones faciales y los gestos marcados forman parte del realismo pictórico de sus piezas. El artista se inspira en algunos aspectos de la mexicanidad literaria de autores como Juan Rulfo. El trasfondo de la vejez está presente en varias de sus composiciones. Sus telas se llenan de pinceladas suaves y sollozos tranquilos que emanan de la pintura.
Detrás de rostros comunes y corrientes el autor expresa la fuerza de los seres que viven en ellos. Sus escenas son plácidas, a veces oscuras y otras misteriosas. Pinta a personas que esperan con melancolía cualquier mensaje…con ansiedad lo inesperado. El tiempo parece ser un factor crucial. José Luis Ramos plasma en sus lienzos lo indígena, lo popular y también lo citadino sin perder el hilo conductor representado en sus trazos y colores. Es un apasionado del retrato y de ahondar en las personalidades de quienes dibuja. Murmullos nos recuerda a los personajes de la célebre novela mexicana que poco a poco iban falleciendo al dejar de hablar y ser escuchados, en otras palabras, al dejar de murmurar se desvanecían.
Adriana Cantoral