Karla Álvarez y la vivencia del color


Karla es una artista que ha impregnado, a través de la experiencia, de colorido todas sus vivencias. Ha sabido hallar el modo estético de la vida. Una peculiaridad de su trabajo es que no existe una planeación previa, sino todo lo contrario, la laxitud y la soltura de sus pigmentos escurren por las telas. Pero no se trata de un simple y arrojado escurrimiento, no, su técnica consiste en drenar y depurar lo esencial de la pintura para limpiar los colores y sus luces.
Karla es una persona espiritual que no le teme a la descomposición de la luz en toda índole de agentes visibles e invisibles. Sus combinaciones comprenden lo perceptible y lo imperceptible, por eso tiene la facilidad de recorrer de manera independiente cualquier gama cromática.
La personalidad natural y atrevida de la pintora se refleja en su obra. En contraste con su extroversión, los animales o seres fantásticos de sus creaciones se pierden parcialmente en el lienzo... y reaparecen. A veces no se sabe qué tan cerca o lejos se encuentran, sin embargo, ahí permanecen. Karla ambienta sus temas con elaborados fondos que se distinguen de las formas y las figuras. Sus trazos son frescos y animados. Es una inquieta por llenar de vida al color.
El rasgado del tiempo es otro elemento característico. Y no necesariamente alude a lo viejo o antiguo, sencillamente apunta a los síntomas temporales, inevitables, de las cosas y los entes. Nada ni nadie detiene al movimiento del tiempo y Karla lo manifiesta con raspados diversos y superposición de planos y perspectivas. Asimismo, recurre a las texturas sofisticadas hasta que el cuadro ya no soporte ni una más. No obstante, su obra no es sobrecargada.
La emoción de pintar y crear le viene desde siempre, de no conocer cuál será el efecto visual final. Ciertamente, con su paleta tan original, ensaya nuevos tonos, semitonos y matices de colores. Karla da vida al color y lo arriesga todo en la pintura. Sus emociones y sentimientos son algo así como precolores o protocolores. En muchas ocasiones ha plasmado sus sentires con bellas analogías, por ejemplo, jaulas que suben al cielo y bajan de éste. O también aves míticas que acaban de ser liberadas.
Karla es una artista que tiene clara su propuesta pictórica. Saca provecho de la mayor parte de sus materiales, por lo que cada pieza es fecundada por restos vivos de la anterior. Sus instrumentos de pintura no se limitan a un solo espacio o momento. Es pintora en toda la extensión de la palabra; por su espíritu aventurero y por su talento.
Adriana Cantoral
X ts’unu’um
Elefante
En el Olvido
La mano de Fátima