Luis Masana
Published by Adriana Cantoral,
Al observar la obra de Luis Masana llama la atención la inquietud latente por realizar un arte novedoso para nuestro tiempo, la búsqueda de ángulos faciales no convencionales y el juego con la perspectiva de la figura humana. Existe en el pintor la nostalgia del cubismo puro y de reinterpretar su significación en la posmodernidad a la luz de una estética de principios del siglo XX. Ciertamente Baudelaire decía que el arte moderno era el arte más vivo de la historia, que era la forma del movimiento, el fluir del tiempo y por lo tanto, un cambio continuo marcado por la muerte. Tomando el pensamiento baudelaireano podemos afirmar que las vanguardias de la centuria pasada fueron expresiones vivas de la modernidad teórica, sin embargo, la modernidad no se conformó únicamente por vanguardias, sino también por restituciones y evocaciones a corrientes artísticas del pasado como afirmaba Octavio Paz en sus últimos años. Entonces, pareciera que para el artista el hecho de retomar lo esencial del primer cubismo corresponde a un acto de remembranza, más no de ruptura con el presente o el pasado.
Los personajes de Luis tienen todas las líneas y ninguna…todos los gestos y ninguno. El autor se basa en doctrinas futuristas aunque sus temas no obedezcan a este estilo. Él recurre a la posibilidad futura de ser en el rostro humano, al tiempo futuro, (medida del movimiento según Aristóteles) a la descomposición y distorsión de las formas y a la combinación de la movilidad y la inmovilidad. Cabe destacar que velocidad y aceleración quedan implícitas en sus dibujos de una manera atemporal y anacrónica. En otras palabras, el ahora juega un papel fundamental en su labor pictórica, puesto que la exploración de posturas y cambios en un mismo plano otorgan una pluralidad de ser o de no ser.



