Luis Vargas. La Danza de la Muerte
Published by Adriana Cantoral,
La obra de Luizs Sagrav se arriesga a replantear la noción de persona y de individuo. Por un lado, la persona no nace ni muere, es la muerte la que transforma al individuo en un cadáver; por el otro lado, el nacimiento de una persona presupone un individuo humano, éste se convierte en persona a lo largo de un proceso específico. Por lo tanto, la persona fallece, más no muere, el que muere es el individuo. En otras palabras, el fallecimiento de la persona es una consecuencia de la muerte del individuo con quién está íntimamente ligado. En este caso, el artista articula su discurso pictórico desde el siguiente planteamiento, ¿Es posible el fallecimiento de la persona anterior a la muerte de su individualidad? Pareciera que sí, que Luisz subordina el concepto de fallecer con el de morir. Por ello, en su trabajo se representan seres despersonalizados que fallecen una y otra vez para finalmente morir de manera individual.
Ciertamente el mensaje de fondo es que ni la muerte del individuo ni el fallecimiento son una aniquilación, se tratan de cambios. Para el pintor cualquier persona, después de fallecida, puede seguir repercutiendo e influyendo en las demás, actuando y, paradójicamente, viviendo una vida personal con suma vitalidad. No existe una extinción progresiva de la persona en Aznad Etreum, sino todo lo contrario, estamos ante una creación que rescata los efectos de toda índole de los que ya no están en el ámbito perecedero y mundano.
La serie ahonda en el carácter de los “muertos vivos" bajo la premisa de que el cadáver conserva la individualidad del organismo o ser vivo que alguna vez fue. Asimismo, la transformación cadavérica conlleva modificaciones ulteriores que resaltan los rasgos mortuorios donde alguna vez hubo vida. Esta última conduce el diálogo de Aznad Etreum pues sin vida no hay muerte y viceversa, pero sobre todo, la existencia, sin vida o sin muerte, no tendría diversos referentes; los personajes de los cuadros existen ya sea vivos o muertos, existen en la realidad o en la memoria.
Podemos hablar metafóricamente de una existencia personal más allá de la muerte en el trabajo de Luizs, quien pinta seres sustraídos de condiciones precisas y conscientes, dejando al desnudo lo más íntimo de su personalidad ya desgastada por la muerte, pero a final de cuentas presente. Los inmortaliza desde lo más corpóreo de éstos, destacando el dolor físico y espiritual al que probablemente fueron sometidos antes de morir. Sí, se tratan de miles y miles de desaparecidos forzosamente, de víctimas del abuso del poder, de la represión y en especial de la guerra sucia. Aznad Etreum es una invitación para reflexionar sobre los temas anteriores a través de una mirada crítica y fundamentada, alejada de argumentos políticos y sociales muertos.



