Marcia García del Callejo

La concepción de figura para Marcia solo es posible a través de la partición o división de las partes del objeto. La pintora fragmenta meticulosamente elementos de la realidad para más tarde reinsertarlos o acomodarlos en su perspectiva pictórica. Ella describe su arte como Stain Art por el efecto visual desajustado que el manchado produce.

No se trata propiamente de un caos entre las formas pintadas, más bien, es un juego creativo que mueve de lugar a las piezas de un solo rompecabezas plástico. La artista desplaza y modifica luces, sombras y colores de su sitio original para obtener una imagen diferente en apariencia, pero conservando su esencia. Reubica de manera novedosa secciones del dibujo que necesitaban abandonar la quietud y la inmovilidad para alcanzar la libertad y el dinamismo, a la vez que mantiene la sustancialidad de la mancha. De algún modo, controla la movilidad de lo expresado con un mismo ritmo de trazado.

Sus combinaciones son alegres y cumplen necesidades estéticas. A partir de un escenario, Marcia es capaz de saturarlo de brillo hasta conseguir la armonía visual e integrar al sujeto externo. Su originalidad radica, más que en el movimiento en sí, en el concepto de desprendimiento. Su discurso se basa en partículas que se liberan de ciertos componentes y se extienden en el plano de la soltura.

Asimismo, la autora concilia lo figurativo de sus temas con lo abstracto de sus expresiones. Se da a la tarea de organizar lo medianamente iluminado para poderlo expandir a su gusto, simultáneamente, adapta lo real con las variaciones de líneas y contornos obteniendo como resultado una riqueza visual. La escena más simple, al ser deconstruida por ella adquiere un nuevo significado y sentido.

Cabe destacar que el empleo final de la resina transparente sobre su obra, sirve para reflejar al observador ante el cuadro. Marcia pretende que el espectador se descubra y sea parte de la claridad de la luz, y por ende del color de lo retratado. Paralelamente a ello, la textura acuosa del material translúcido, similar al agua, tiene por objetivo brindar la sensación de estar aún más cerca de la pieza, como si ésta tuviera vida propia. Ciertamente, el líquido vital desempeña un papel central en su trabajo; aún más sus cualidades diáfanas y reflexivas.

Por lo tanto, la creadora echa mano de su imaginación y sensibilidad, ya que inventa sectores inexistentes o ficticios y los llena de vida, espontaneidad e intencionalidad en la composición. Pareciera que siempre hubieran estado ahí aguardando a ser descubiertos, dibujados y coloreados.
Adriana Cantoral