María José Ibarra
Published by Adriana Cantoral,
La obra de María José Ibarra recorre diversos trayectos de abstracciones. En ellas, apreciamos lirismos y territorios emocionales, ya que las manchas se expanden libremente y con naturalidad por el lienzo formando así, estructuras simples y semi geométricas. La autora verdaderamente conecta con el terreno pictórico arriesgándose y atreviéndose, poco a poco, a pintar lo puramente abstracto. De ese modo, blancos, azules y dorados determinan la armonía de sus cuadros, a la vez que varios rastros de espátulas, brochas y pinceles que mezclan los tonos. A veces sus líneas se enredan como lazos, otras se pierden por entre la pintura. Con todo, la autora fluye en las composiciones abstractas; con sus luces, sombras, lugares, texturas y profundidades.
También la figuración está presente en sus creaciones, es progresiva de alguna manera, puesto que parte desde sencillos esbozos hasta llegar a detalles complejos. Sus dibujos se centran en la figura humana, particularmente en el rostro. Éste funge como un espacio lúdico, pues lo mismo tiene superposiciones desordenadas de colores que trazos figurativos de ojos, cejas, narices y bocas. De tal forma, la artista juega con los rasgos faciales; los mancha, los estiliza, los dinamiza, los estatiza, los bosqueja, los define, los exagera, los marca, les da toques expresionistas y les imprime gestualidad, de por sí natural en ellos. Asimismo, ensaya con las miradas; las fija, las altera. Sin duda, en sus telas la cara es una individualidad que permite explorar estados de ánimo, emociones, pensamientos o ideas.
Sus personajes son una suerte de retratos que combinan elementos tanto personales y singulares como anónimos y generales. Surgen sin un género específico, revolviendo sus facciones y gestos hasta que se perfilan como seres femeninos; con sus cejas bien puestas, multifacéticos, en cuya piel se describen, con ricas tonalidades y relieves, sentimientos, pasiones, acontecimientos y experiencias. Por lo tanto, las féminas de María José nos muestran, con honestidad, todas sus facetas; cada vez más reales, más humanas, más mágicas, más poderosas, más intuitivas, más mujeres, más bonitas, más bellas, más arquetípicas, más ellas mismas, más contemplativas.
Adriana Cantoral




