Mariana Tapia. La sirena de México
Published by Adriana Cantoral,
Mariana Tapia, la sirena de México
“¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí." Julio Torri
La obra de Mariana Tapia contiene magia y fantasía a la par de seducción inesperada con sus femeninas y sensuales sirenas. Éstas son apasionadas e impregnan con su suave voz las telas y óleos de la pintora. El espectador es seducido por las bellas mujeres de sinuosas formas y espléndidas cabelleras de oro enmarcadas en atmósferas azules. La figura de la sirena, en este caso su personalidad de femme fatale, es una especie de alter ego para Mariana desde un punto de vista sensual… ellas poseen un poder absoluto dentro del mar, ya que lo pueden recorrer sin restricciones y así perturbar a cualquier hombre que las vea o escuche en su soledad. Sin embargo, las sirenas de la autora tienen a su vez características de musas, como su madre Caliope, y además de entonar deleitantes canciones narran deslumbrantes historias.
Las voluptuosas doncellas de la cintura para arriba tienen la dualidad contrapuesta de ser preciosas y atractivas y al mismo tiempo mortales para quienes se les acercan. Representan la tentación más pura de la vida del hombre. Si bien, las sirenas de Mariana están conectadas con ellas mismas y con una sexualidad inmanente cubierta por las escamas de la cola de un pez. Lo anterior no les resta un carácter sexual, al contrario, les permite disfrutar el sexo pero dentro de sí mismas. También, el hecho de mostrar la mitad del cuerpo al desnudo las convierte en un provocativo e irresistible juego de erotismo. La creadora sabe plasmar la fascinación y el encantamiento de las féminas acuáticas ante todo varón.
Por otro lado, la meditación es una constante en el trabajo de Mariana, puesto que valores como la armonía, la paz, la energía sana y la tranquilidad imperan en el colorido y en la composición de sus creaciones. La artista busca descansar el alma y hacer catarsis del espíritu que contempla su labor pictórica. Asimismo, manifiesta la importancia de encontrarse con el presente y de apegarse a estados de conciencia que construyan cosas positivas y atraigan la abundancia y la prosperidad. La compasión, la autorreflexión, la autoconciencia y la sensibilidad sustentan su quehacer artístico. Ni el espacio ni el tiempo determinan o alteran algo en sus escenas imaginarias o de mitología universal. Sus protagonistas son seres de luz en libertad y bienestar absolutos, del mismo modo que la presencia de la Luna, los castillos, los pegasos, los unicornios y demás seres místicos.
Adriana Cantoral



