Mely Ochoa

Las disipaciones abstractas de Mely Ochoa se expresan en pintura acuosa, pigmentos secos, diversos materiales, texturas duras, relieves marcados, múltiples movimientos, pero sobre todo en impresiones de sentimientos abstractos que se avientan a la tela de manera fluida. Asimismo, los escurrimientos densos, las capas sobrepuestas, los espesores del acrílico, un toque final blanquecino, al igual que los impactos de brochas y espátulas dan a las obras gestualidades propias. Éstas nos abisman en distintos planos nebulosos de azules, negros, blancos, verdes, amarillos, rojos, cafés, así como en todas sus variaciones tonales. De hecho, si centramos la mirada en el colorido mismo descubriremos numerosas veladuras que se van integrando e intercalando armónicamente sobre el lienzo. Es innegable entonces que los fondos de sus piezas poseen un peso cromático que nos habla de un elaborado y consistente proceso pictórico.

Por lo tanto, el arduo trabajo plástico conduce a la pintora por efectos difuminados, borrosos, barridos, encerados, accidentados y muchas veces hasta marmóreos o pétreos, como si de alguna forma aludieran a la estética de lo mineral vista desde cerca. Inclusive, su paleta tiende más bien hacia lo ocre y terroso. Es ágil en dinamismos desordenados, arrebatados, revoltosos y caóticos obedeciendo, tal cual, a un expresionismo abstracto muy personal que se distingue por ciertas líneas y trazados que se imponen, van y vienen por la composición, se pierden entre la espesura de la materia, regresan a la superficie o simplemente se desvanecen en el espacio pintado.

Por otro lado, la mujer es un tema común en sus creaciones. En ocasiones la retrata como un ser lastimado, maltratado, abusado y reprimido, pero en otras la plasma en total plenitud, sensualidad, gozo, placer, realización personal y hasta sacralidad. Es precisamente en la escultura en donde la artista entabla un diálogo abierto con la arcilla fresca para ir moldeando el cuerpo y los rostros femeninos. Éstos nos hablan de los sentires y pensamientos de las mujeres hechas cerámica, abstraídas en las endurecidas máscaras y en los torsos que gozan de acabados tanto esmaltados y vidriados como mate, es decir, repletos de rugosidades y pliegues del material arenoso seco.

Sin duda, el color y el trazo no son suficientes para terminar de expresar y manifestar la totalidad emocional que lleva muy dentro Mely Ochoa. Como mujer sensible, espiritual y apasionada, no obstante ser licenciada en administración de empresas, se dedica de lleno a la creatividad y experimentación puras desde 2008. Entre sus maestros figuran Rosa Camacho (2008-2009), Haydee Laborin (2010-2015), Karina Vega (2016-2021), Gabriela Villarreal (2018), Fernando Cervantes (2018), Luis Garzón (2018), Héctor Herrera (2019-2020) y Juan Villavicencio (2016-2021). Se ha formado también en diferentes cursos y diplomados, avalados por el INBA y "La Caja" galería, de Historia del Arte y Apreciación Artística.

Adriana Cantoral