Mercedes Arellano; el movimiento universal
Published by Adriana Cantoral,
Yo hablo con el pincel
M.A.
Grietas de sabiduría y aberturas de la piel de la tierra conforman una serie de volcanes vistos desde cerca para comprender su magnitud. Mercedes Arellano es una maestra de la perspectiva, del óleo, así como de los colores primarios. En los cráteres que pinta da la sensación de que ellos expulsan movimiento invisible. Aparentemente inmóviles con millones de años debajo de sus fisuras, los montes de la pintora aguardan pacientemente, cuales cronómetros naturales, la erupción de ritmos y compases eternos. Sus texturas acumulan el conocimiento sobre el movimiento primigenio.
Por otro lado, Mercedes compone y descompone la obra varias veces, valiéndose de sus maquinarias y engranes, para lograr el efecto motriz de puntos que diluyen la imagen o pretenden absorberla de manera parcial. No obstante, como buena colorista, hay una resistencia del tono y el matiz a desaparecer y fugarse del cuadro. Inclusive, la fuerza de los escapes visuales desdibuja partes superficiales de los personajes.
En los lienzos de Mercedes se hace alusión al tiempo, pero está totalmente desligado del movimiento. Más bien, la autora pretende metaforizar el significado del tiempo como un movimiento universal. Los planos pictóricos no se sujetan a una duración, simplemente transcurren en la dimensión de los instantes. El ahora se marca por líneas dramáticas que se superponen a un bello pasado y a un momento envejecido. Todos los elementos de la pieza dependen del movimiento de los otros.
Al quitarle protagonismo al tiempo, nos quedan infinitos tipos de movimientos, por eso Mercedes representa, espacios intercalados por caminos, escaleras y ventanas que nos hacen reflexionar y observar atentamente los cambios de la vida. Las espirales podrían ser atisbos temporales que empalman el pasado con el presente. Asimismo, los escurridos en la tela tienen una intención de movilidad de las partes y a su vez existe un aire que se mueve por todo el colorido dejándolo intacto.
El movimiento en general sí tiene una dirección específica, mientras que el tiempo es silencioso, pero con un poder devastador. Color, valor y calor se armonizan consiguiendo integraciones bellas y estéticas más allá de la temática que aborden. Mercedes le da importancia al diálogo con lo creado, parece ser que omite el tiempo en sí mismo por su omnipotencia, dándole prioridad al tiempo subjetivo, mucho menos dominante, que es mejor reservarlo para la paciente espera.
Adriana Cantoral



