Mónica Garza

Instantes con la pintura, momentos eternos de frases y oraciones por entre los trazos, tiempos de distintos colores, rastros de brochas que arrastran tonalidades brillantes y neutrales, ecos y memorias del mar, intimidad de las playas, abstracciones verticales, horizontales y geométricas, así como repasos con las espátulas conforman la obra de Mónica Garza. En sus piezas se funden las palabras románticas con el destino que les da a las pinceladas. A veces sus composiciones son contrastantes, otras poseen encrucijadas rítmicas y marcadas, otras más son un vaivén colorido y azaroso. Con todo, en sus lienzos sobresalen las delgadas líneas claras, las texturas, los relieves, las capas de acrílico y la gestualidad abstracta.
La correspondencia entre la tela en blanco y la pintura, con su densidad cromática, queda manifestada en sus cuadros, pues es posible observar la labor técnica que realiza desde la nada hasta obtener escenas abstractas con colores sobrepuestos, múltiples estratos y ese ir y venir del acero que va acentuando y resaltando la materia pictórica en sus diferentes niveles. Por otro lado, de entre sus figuraciones, la mujer ocupa un lugar especial, ya que la artista busca el empoderamiento de la misma sin dejar de lado su belleza, sensibilidad, sensualidad y elegancia. Por ello, las retrata en grandes formatos, en posturas que muestran su esplendor y con semblantes que irradian fuerza, confianza y seguridad en sí mismas.
Adriana Cantoral