Samantha Pérez Palacios es psicoterapeuta Gestalt y a la vez artista visual. Su formación psicológica le permitió descubrir las diversas propiedades sanadoras y reparadoras del Arte. Para ella, sin duda, el arte es absolutamente terapéutico, puesto que le brinda la posibilidad de crear una realidad nueva donde el pintor dispone de lo que sucede en su obra y dialoga con sus necesidades a través de su subjetividad.

Si bien, la Gestalt implica un largo y profundo proceso de desarrollo personal al igual que la pintura, por lo que Samantha pinta para reencontrarse con su ser y plasmar toda índole de emociones, sentimientos y pensamientos. Esas coincidencias consigo misma suele representarlas por medio de círculos y ciclos abiertos o cerrados…según sea el caso.

La experimentación con pigmentos y chapopote tiene una explicación humanista. Samantha sostiene que simbolizan el despertar de la conciencia y le dan la oportunidad de trabajar sus problemáticas de manera espontánea y establecer contacto directo con sus áreas vulnerables. El arte es una suerte de remedio integral del alma y la autora lo dota de texturas y materiales específicos.

Los temas que ha elaborado le han servido como herramientas para explorar a detalle su espíritu. La Gestalt concibe al individuo como una totalidad del mismo modo que el soporte utilizado en el cuadro, ya sea tela, madera, etcétera. Samantha hace hincapié en el fondo y en la figura, en lo definido e indefinido y en lo que tiene forma determinada y en lo que no.

Es así como ella ensaya con los colores el presente, el aquí y el ahora. Aborda el dolor, el esfuerzo, el crecimiento, las cuestiones inconclusas y todo aquello que se reinterprete de la vida. Sus trazos circulares tratan de finalizar etapas pasadas que siguen manifestándose en la actualidad. Samantha saca a flote lo que quiere curar desde hace tiempo.

Adriana Cantoral