Sweet Art de Luis Tovar “Vampy”
Published by Adriana Cantoral,
Luis Tovar es un artista de la transformación que sufre
la ciudad continuamente. En el marco de la globalización, las urbes se van
organizando espacial y expansivamente de manera inestable e impredecible
conformando así, un crecimiento metropolitano ilimitado con múltiples centros
de poder. Bajo este esquema global, surgido en los años ochenta, la economía,
el consumo y el entretenimiento tomaron un rumbo distinto. Del igual modo, el
distanciamiento entre las élites y la lucha de clases adquirieron nuevas
facetas de violencia.
Luis retrata las divisiones sociales, tales como la
marginación, las barreras físicas, la privatización de zonas colectivas, la segmentación
y alteración de espacios públicos, la sobrevivencia y la pobreza extrema. Cada
una de ellas en escenarios “rositas" para amortiguar la crudeza y fatalidad que
reflejan. Las obras del pintor plasman los territorios comunes donde los unos
se confrontan con lo otro tras el anonimato. Por ejemplo, la población de los
barrios bravos y periféricos que carecen de oportunidades de alejarse de su
vecindario para conocer otras realidades y no quedarse sumidos en un pasivo
asentamiento recurren a los medios y aparatos de comunicación digitales para
encarar el mundo según su forma de entender.
La falta de sitios, en colonias populares, para
encuentros sociales de todo tipo afecta a las personas, puesto que nulifica el
contacto con la heterogeneidad cultural cerrándoles cualquier vía de recreación
y distracción sanas. La agresividad que impera en el asfalto es traducida en los
colores dulces y sutiles del autor. Asimismo, la resignificación de la banqueta
o la acera como lugares propicios para la dura y álgida experiencia de lo
mismo, en la que no hay intercambio con los extraños o los diferentes. Esto
sucede principalmente en los cinturones de miseria, pero poco a poco se
manifiesta por toda la metrópoli.
Luis capta los valores, la personalidad y los problemas citadinos,
ya que es un buscador, un indagador y un investigador de las escenas callejeras.
Esos conflictos que ha presenciado, a lo largo de los años en silencio, han
madurado en su imaginación convirtiéndose en visiones creativas en las que
hasta orinar en el piso o donde caiga, ya sea por necesidad o por
exhibicionismo, se vuelve inocuo para los transeúntes. Por otro lado, sus
personajes ficticios representan lo absurdo de la separación entre lo privado y
lo público. Cabe destacar que con ingenio caricaturesco y burlón pinta paisajes
irreales con protagonistas cargados de verdad, la verdad que halla en
callejones y callejuelas.
Los cuadros de Luis expresan la acelerada urbanización,
los malos tratos, el abuso y la crueldad que abundan en las calles…de la otra
ciudad y de los otros ciudadanos.
Adriana Cantoral



