Victoria Cota y la inteligencia etérea

Los objetos y los fondos pueden diferenciarse a pesar de tener la misma paleta. Victoria separa estas figuras desafiando a la geometría clásica. Ella es una artista que no sigue esquemas establecidos. De manera insinuada, en “Geometría en llamas" pone de manifiesto esa rebeldía por las formas perfectas, simétricas y bien limitadas. Podríamos decir que desobedece para experimentar nuevos trazos, líneas, puntos y segmentos.
Alentar el vuelo es uno de sus ejes temáticos. Cada pluma de sus aves está destinada hacia la libertad y la liberación. La soltura de su aleteo se imbuye por toda la tela con colores flexibles. Los revoloteos de las alas dibujan movimientos indeterminados, pero constantes. Asimismo, los pájaros de la escena pueden ser cualquier ente que desee deliberar su absoluta independencia y volar por encima de las ataduras.
La pintora se deslinda del dibujo técnico y se enlaza con seres de contornos naturales al desnudo que carecen de vínculos racionales, puesto que su rostro y cabeza están totalmente dispersos y ausentes. Las mujeres al descubierto yacen ante fondos no organizados que de algún modo, respaldan la diseminación de la mente y los pensamientos. El cuerpo omite sus detalles y solo enseña sus partes que no tienen ángulos exactos.
Por otro lado, la textura de sus ramas indica la capacidad de dividirse y unirse en repetidas ocasiones. Éstas embeben la realidad del entorno, al igual que las raíces del fondo. Victoria se descubre a través de la pintura y absorbe de ella los tonos y matices para representar sus emociones y sentimientos. Inclusive, los árboles los plasma sin hojas y sin detalles del follaje porque justamente está en ese proceso de aprendizaje e introspección.
Llama la atención que los manubrios de sus bicicletas pueden sustituir a los pedales, y a su vez, las ruedas al asiento, ya que el tiempo, espacio y movimiento se intercalan borrosamente, se pierden y regresan a la obra porque no siguen un orden lógico o secuencial. Victoria da nuevos sentidos al movimiento, a la inmovilidad y a las direcciones. Sus vehículos no van ni vienen de ningún lugar. Del mismo modo, sus luces surgen de entre las sombras, tal como el conocimiento luce en la oscuridad.
No cabe duda que Victoria alude a la deidad griega La Victoria Alada en sus cuadros… sobre todo cuando pinta entes alados y acéfalos que cuidan el entendimiento abierto sin restricciones, ni parámetros métricos o matemáticos. Su inteligencia es etérea y expansiva.
Adriana Cantoral