Vivian Izquierdo
Published by Adriana Cantoral,
Hay una elegancia impregnada en las obras de Vivian Izquierdo, un carácter distintivo que nos hace recordar las iconografías e imaginarios franceses y europeos de los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Ese refinamiento gráfico de los anuncios y letreros callejeros, así como de los tapices interiores, cuidadosamente diseñados, se integran a sus composiciones abstractas como ecos vivos de una época de suntuosidad y esplendor. Sin duda, el buen gusto permea en sus cuadros, a través de acrílicos fluidos, colores vibrantes, tonos saturados, texturas diversas, resinas epóxicas, arenas erosionadas, hoja de oro y pinceladas sueltas sobre la madera.
Por otro lado, la artista es una gran degustadora del buen café y de la buena mesa. Por ello, las tazas, los cubiertos, pequeños postres y demás utensilios de cocina suelen ser algunos de los protagonistas de sus lienzos. En sus piezas, la estética culinaria encuentra un lugar en donde expresarse libremente y mostrarnos su belleza. Inclusive, los metales forjados de los tenedores y las cucharas, al igual que la porcelana pintada a mano de los trastes, hacen alusión al siglo de las luces y a tiempos decimonónicos tan decorosos y fastuosos. Inspirada en eso, Vivian se centra en los trazos orgánicos y en una gama cromática muy elaborada que dan como resultado una pintura que parece hecha en negativo, tal cual una impresión gráfica.
De tal modo, la buena vida, el procurar los grandes y pequeños detalles del hogar, la decoración del mismo, el toque femenino de la casa, las buenas costumbres y un cierto aire conservador reinan en sus telas. La pintora fija su atención en que cada aspecto de sus creaciones luzca espléndido y radiante, por ejemplo, sus aves y plantas que nos hablan de un ambiente agradable, tranquilo y armónico. Asimismo, sus flores danzantes que no dependen de nada ni nadie para ser ellas mismas y rodearse de energía vital. Por último, sus bailarinas que representan, por excelencia, la manifestación más completa de la feminidad. Esa expresión que solo es comprensible desde y hacia la mujer.
Por lo tanto, su propuesta artística consiste en contagiarnos de la alegría por la vida, a la vez que encontrar cualidades positivas en el día a día dentro de sus cuadros. Vivian es una creadora que se esmera en tener una impecable paleta multicolor que varía entre los rojos, los azules, los verdes, los amarillos y los neutros. A veces, simplemente pinta fondos o atmósferas, sin objetos, que nos cautivan por su rico colorido, mientras que en otras ocasiones agrega elementos visuales como globos, jaulas, insectos o animales marinos. Hay un dejo de inocencia e ingenuidad en su arte, que nos permiten alcanzar un estado de paz, felicidad y armonía.
Adriana Cantoral




