Claudia Fernández

Las abstracciones de Claudia Fernández son oleajes coloridos que se mueven en mareas de dorados, blancos y azules. Destellan en acrílico, óleo, resina, cera y otras técnicas. Sus movimientos se pintan también de amarillos, rojos, morados, cafés y negros formando composiciones orgánicas que nos remiten a la vida del cosmos entero. Pueden tratarse de diminutos seres, apenas visibles, detalles florales del campo, vistas de la naturaleza, o bien, paisajes interestelares. En todos ellos los juegos de colores constan de armónicas luces y sombras que nos permiten sentir la profundidad de la pintura, el flujo de los trazos, la riqueza de los tonos y las texturas de la materia.

Entre otros de sus temas abstractos destacan escenarios del fondo marino con ritmos de color y estilizadas formas en dinamismo acuático, superficies minerales con accidentados relieves rocosos, así como panorámicas del cielo con múltiples iluminaciones solares y distintas nubosidades. Por ende, lo espiritual, lo que se expande sobre la tela, y lo que dicta el alma se manifiestan sensiblemente en sus obras. Sin duda, la versatilidad de lo abstracto le permite pintar desde lo más etéreo en un lienzo hasta lo más tangible en un objeto. En ese sentido, explora tanto la gestualidad como la maleabilidad epóxica en diversos materiales y soportes de manera muy creativa.

En cuanto a sus piezas figurativas, estas se distinguen por describir a mamíferos con sus crías, tales como leones, jaguares y jirafas. Cabe destacar la expresión de su carácter animal por medio de finas pinceladas, a la vez que la ternura con la que los retrata, la inocencia de sus rostros y la atmósfera tranquila en la que se encuentran. Asimismo, pinta a curiosos niños sobre la arena indagando el mundo de modo lúdico. Por lo tanto, su arte cautiva y conmueve hasta lo más recóndito del ser a través de ventanas creativas que nos muestran a creaturas salvajes en paz, con sus instintos a flor de piel, casi humanos, al mismo tiempo que maravillosos escenarios abiertos a la infinita abstracción.

Adriana Cantoral