Leticia Herrera

Una de las premisas, quizás la única, que impulsa la obra de Leticia Herrera, mejor conocida como Leta, es la de perseguir los sueños con amor. Con los años, ese objetivo la ha llevado a explorar diversas temáticas que van desde lo espontáneo, lo desgarrador, lo erótico y sensual hasta lo nostálgico. Asimismo, la artista ha pasado por estilos naif, abstracto y figurativo. Cabe mencionar que en cada una de sus etapas pictóricas no ha dejado de lado el concepto de transformación, tanto interna como externa, el recurso de la imaginación, la pasión por el arte, así como la belleza del universo. Sin duda, su propuesta artística se basa en celebrar aquello que mueve y unifica el universo, al igual que los sentimientos más profundos que puede sentir y expresar un ser humano.
En su abstraccionismo podemos apreciar la búsqueda del destino personal y los caminos y percances que tienen que atravesar las ánimas para dirigirse a la comunión con la humanidad entera. El colorido también protagoniza sus piezas, puesto que simboliza la más pura esencia, las experiencias visuales y emocionales de la misma y la expresión sincera del ser uno. Los enérgicos trazos dan cuenta de ello. Sus fragmentaciones en el lienzo nos hablan de las posibilidades espirituales que tenemos para acceder a la plenitud absoluta. Pincelada tras pincelada queda manifiesto su espíritu de colores que se combina y mezcla para dar pie a nuevas tonalidades, asombrosas atmósferas y estéticos ambientes.
La belleza de los tonos de sus telas es palpable con los ojos del corazón. Solo quien ha padecido y gozado del existir logrará comprender a fondo sus composiciones. Las marcas en su pintura retratan procesos internos y confrontaciones, no obstante, aprendizaje y madurez. Sus emotividades quedan plasmadas con total entrega. Sus luces y sombras provienen de sus entrañas, de su intimidad como mujer y persona. Todo lo que pinta lo siente con el alma, por eso la autenticidad de su trabajo, siempre inquieto de descubrir formas, figuras, texturas, perspectivas, etcétera.
En cuanto a lo figurativo, la autora se inspira en la infancia, con sus juegos, en la feminidad, con el esplendor de su naturaleza, y en algunos elementos marinos como conchas y caracoles con formas sensuales y frágiles que se encuentra aleatoriamente sobre la arena. Éstos presentan estragos del tiempo e intemperismo que solo dejan un recuerdo, apenas perceptible, de la vida que albergaron. Pero esos son nada más unos de sus temas, pues, por otro lado, su figura humana a veces es provocativa con desnudos, otras romántica con parejas y otras reflexiva con pensamientos. De cualquier manera, varios de sus personajes simulan, en sus contornos, a corazones, tal cual si permanecieran en un abrazo eterno, aludiendo a esos centros que nos mantienen vivos y nos permiten conectar con las creaciones de la pintora.
"Caminantes"
Las sombras de los caminantes de Leticia Herrera describen su movimiento constante, imparable, siempre dirigido al sentido de la existencia. La pintora representa toda clase de seres persiguiendo un mismo propósito. Una meta común que al final los unifica como humanos. Para la artista, somos transeúntes del mundo, peregrinos de lo terrenal, pues no estamos aquí para quedarnos, sino para llegar a la eternidad. Somos una suerte de migrantes a lo largo y ancho de nuestra vida, nómadas del cosmos, divagantes de la tierra, ya que hemos de recorrer incontables senderos, trayectos, travesías, bifurcaciones, disyuntivas y cruces. Esos transcursos, con rumbos fijos o inciertos, esos caminos con impedimentos o despejados, así como con respuestas o preguntas quedan plasmados en sus obras. Cada viaje es único, puesto que algunos implican experiencias duras, mientras que otros vivencias gratificantes. En ocasiones, los viajantes avanzan en solitario, otras en compañía. A veces con pasos firmes y seguros, otras errantes y temerosos. Sin duda, el cambio colorea sus transiciones, procesos, transformaciones y evoluciones personales. La autora se define como una caminante, guiada por la fuerza de su espíritu y corazón. Nos invita a reflexionar en nuestros sueños, libertades, en quiénes somos, a dónde vamos, qué queremos y qué buscamos. Su arte es una de las tantas vías para encontrar la plenitud del alma, sus pinceladas nos trasladan hacia el anhelado destino de amor y paz.
Caminemos a su lado.
https://www.leticiaherreraart.com/
Adriana Cantoral