Margarita Botello

Las mujeres de Mar Botello se nos presentan femeninas, con los cabellos al aire, libres, simbolizando su espíritu independiente e irrefrenable. Algunas de ellas están ataviadas con vestidos tradicionales, tal cual princesas medievales, y desde su quietud y silencio observan en su interior un desfile de formas, figuras y colores mentales. Otras se hallan disfrazadas de súper heroínas, tales como las chicas súper poderosas, súper woman, batichica, capitana América, niña elástica y mujer maravilla. Llama la atención que reflexionan, piensan y sienten en cómodos sillones elegantes. Su mirada se dirige hacia adentro de su ser, llegando hasta lo más profundo del alma. Aquello que les cubre los ojos es una abstracción colorida peculiar generalmente angulosa o bien, en forma de pez, círculos o estilizada corona. Ese antifaz representa su sensibilidad para con la luz interna que para ser vista en su totalidad necesita apartarse del exterior. Aunque parezca que no miran afuera, sí lo hacen, pero de manera espiritual.

La pintora las describe así para contrastar las diferentes concepciones en torno de lo femenino, es decir, lo que se espera de las mujeres según la sociedad. Por un lado, se encuentran en actitud pasiva y receptiva, sentadas en medio de lo doméstico, mientras que por el otro lado lo pueden y son capaces de todo, tan solo con imaginarlo. Son bellas, sensuales y, porqué no, una especie de autorretratos surrealistas con múltiples simbologías personales. Asimismo, las alusiones a los grandes maestros del siglo XX son otra constante en sus lienzos, pues reproduce fragmentos de obras de Picasso, Basquiat, Kandinsky, Magritte, Koons, Kusama, Mondrian o Bansky ciertamente a modo de homenaje, no obstante, como un juego simbólico, una dinámica pictórica, entre íconos del arte pop y artistas consagrados. Por lo tanto, en sus composiciones interactúan nociones y significados culturales de empoderamiento femenino, estereotipos y roles de género, así como lo masivo, el consumismo, los filmes, las nuevas tecnologías y una extensa serie de lecturas socio antropológicas.

Sin duda, Mar Botello es una autora a la antigua usanza de la escuela de pintura europea, en sus telas hay inspiración en diversas escenas renacentistas, puesto que realza la proporción, el ritmo, el simbolismo y los detalles de sus personajes. Ejemplo de ello son las móviles cabelleras con sus alegres tocados, las posturas de las manos y la cabeza, el lenguaje corporal, a la vez que elementos que denotan emociones y sensaciones. En definitiva, sus mujeres callan lo que ven para mirarlo sin distracciones, con detenimiento, hasta el fondo. No les hace falta hablar fuerte, exaltarse, ni despeinarse porque su verdadero poderío radica y se manifiesta a través de su tranquila y calmada esencia.

Adriana Cantoral