Verónica García Goitia

Instantes de papel, tinta y pintura son las obras gráficas de Verónica G. Goitia. En ellas observamos radiografías sensibles de entes arbóreos, retorcidas raíces, fuertes ramas, tallos y hojas. Asimismo, paisajes de agua, ágiles peces, reflejos diluidos, interesantes flores y movimientos de la naturaleza están presentes en sus creaciones. Cabe mencionar que las transparencias que emplea son tan finas como la suave brisa por la que vuelan sus elegantes aves. Sin duda, sus piezas son un develamiento, un descubrimiento constante, de telas y distintos soportes que describen la riqueza y el carácter gestual de lo orgánico. En esas sutiles veladuras también hallamos diversas técnicas orientales de antaño.

De tal suerte, entre vientos antiguos de color, finas aguadas y eclipses traslúcidos de luz la artista va sobreponiendo pigmentos, materiales y demás elementos de collage en sus grabados. Llama la atención la presencia de lo circular, como una estampa eterna o un astro inmóvil, que siempre se contempla a sí mismo en la perfección de su contorno. Puede tratarse de una luna llena, el sol, o quizás del contrapunto compositivo que armoniza con las texturas detalladas, los juegos tanto de perspectivas como de tonalidades y las improntas de un dedicado labrado previo. Es evidente, entonces, que la huella inmaterial de lo natural se manifiesta en sus creaciones.

Por otro lado, el dinamismo de los seres alados revolotea y resuena por las obras de la autora, al igual que las ondas expansivas de sus representaciones acuosas. Éstas vibran desde sus corrientes internas y en ocasiones parecen cenizas líquidas girando en espiral. Es innegable percibir un bello y antiguo imaginario japonés, calcado en esencia, en sus atmósferas claras y nubladas, como si las trazara con delicados pinceles humedecidos y ahumados. El flujo de la existencia, la paz del árbol en flor, abriéndose a la vida, la respiración blanca y negra del campo en el aire, la contemplación de la poesía orgánica, así como el follaje sonoro y danzante dan cuenta de ello.

Por lo tanto, el arte de Verónica G. Goitia consiste en una serie de pequeñas imágenes para el alma, que nos pierden entre sus formas, sombras y luces, y nos encuentran en los relieves de las tinturas. Se tratan de estéticas descripciones de diminutos panoramas que contienen todo lo vivo, con sus reverberaciones, colores sublimes y tonos espirituales.

Adriana Cantoral